domingo, 9 de diciembre de 2012

ausencia

“ Quien diga que la ausencia causa el olvido  merece ser de todos olvidado,
la verdadera y firme enamorada esta, cuando esta ausente,

mas perdida, aviva la memoria de sus sentimientos,
la soledad levanta su cuidado,
hallarse de su bien tan apartado hace su desear mas encendido,

no sanan las heridas en el dadas, aunque cese el mirar que las causo,
si quedan en el alma confirmadas,

que si uno esta con muchas cuchilladas, porque huya de quien lo acuchillo ,
no por eso seras mejor curadas


Se nos rompio el amor, " de tanto usarlo"... :)
“ Te olvidaste de mí,
Y yo sin saber porque
Día a día te rogué,
Por verte, saber de ti.

Te olvidaste de mí,
Tan fácil, sin problemas,
Y yo pensando en ti, como un tonta,
Haciéndote un poema.

Te olvidaste de los besos
Mis caricias, la ternura,
Como aquellos excesos
Que nos dimos con locura.

Olvidaste mi nombre
Todo el amor vivido,
El cariño recibido
Y hasta que fui tu mujer.

Eso decías en tus brazos
Estando apasionado, perdido
En el amor que sin medidas,
Entregue en tu regazo.

Y ahora que hago,
Que hago sin tus brazos,
Que te abrazan todavía,
Como rompo estos lazos,
Como recuperar mi alegría.

Te olvidaste de enero,
De nuestro aniversario,
Y yo extraviada, prisionera
Del mes en el calendario.

Prisionero de los recuerdos
Que invaden mi mente,
Aquellos que de repente,
Me tienen en desacuerdo.

Porque mi corazón
No cesa, no entiende,
El porqué de tu olvido,
Si ayer fui tu esposa,
Hoy soy una desconocida.

Porque olvidaste mi amor
Los momentos vividos,
Y porque no encuentro valor,
Para pagarte con el mismo
Dolor, con el mismo olvido.

Te olvidaste de mí, que pena
Que esta sea tu condena,
Mientras yo me acordare de ti
Hasta que un día, me seas ajeno.

Y no lamentare la historia,
Que vivimos juntos tú y yo
Pero serás en mi memoria
No la de la gloria,
 Sino la que un día me olvido.

Te olvidaste de mí,
Y yo sin saber, te esperaba,
Sin saber que a quien amaba,
Ya no era parte de mí.

Te olvidaste de mí,
Que mala memoria tienes
Si olvidar te hace feliz,
Es que un amor no retienes.

Porque olvidar es difícil,
Algo erróneo e insano,
Si así es como quieres vivir,
Veras que todo es en vano.

Y cuando trates de recordar
Ya tu amor habrás perdido,
El amor aquel de la esposa,
Que trataste de olvidar.

Y en enero estaré feliz,
Ausente de ti, del olvido,
Feliz, dichosa, decidida,
A que si vuelves, un día

Te pagare con el mismo
Olvido, la rebeldía
Con que tú te olvidaste,
Simplemente de mí.

Cuídate del olvido,
Cuídate de olvidar muy pronto,
Que el olvido es tonto,
Y te roba lo vivido".

sábado, 8 de diciembre de 2012

El perdón

la primera condición para hallar el perdón consiste en reconocer que hemos fallado. Claro, no basta con reconocerlo, también hay que confesarlo y pedir misericordia. Haber si recordamos la parábola que contó Jesús de los dos hombres que fueron al templo a orar. Uno, el fariseo, dijo: «Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros». El otro, un cobrador de impuestos, sin siquiera levantar su vista, en cambio oró así: «¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!» ( Luc. 18:9-14). ¿Cuál de los dos fue perdonado? El cobrador de impuestos. Cuando en tus oraciones le hables al Rey, no te esfuerces en disculpar tus faltas. Reconoce tu culpa y, en el nombre de Cristo, tu Abogado, pide perdón. Tu Padre celestial que es «un Dios tierno y compasivo» (Neh.9:17), se deleitará no solo en perdonarte, sino también en concederte su ayuda para que no caigas de nuevo.